Los gatos y los perros son las mascotas más comunes entre los hombres, los gatos tienen la fama de ser más independientes; a pesar de esta fama, también necesitan el contacto con sus dueños, sin embargo, yo diría que el hombre es el que requiere de este contacto dado a que el tener un gato en casa más que una mascota, una compañía o un cazador para los roedores es un felino que trae muchos beneficios en la salud para el ser humano, tales como:

Si acaricias a un gato ronroneando este disminuye el estrés y la ansiedad, reducir los síntomas de disnea (dificultades respiratorias), distintos estudios demostraron incluso que pueden disminuir los riesgos de contraer asma, reduce la presión sanguínea, las frecuencias vibratorias del ronroneo promueven el fortalecimiento de los huesos, también son beneficiosas para sanar lesiones en los músculos, tendones, o ligamentos.

La ciencia confirma que los gatos son buenos para la salud.

Según estudios han demostrado que las personas que tienen gatos en su casa reducen los niveles de problemas cardiacos, minora el riesgo de tener derrames cerebrales, disminuye los niveles de colesterol.

Ayudan a niños y adultos con autismo, en diferentes ocasiones, pueden tener conflictos para lograr ser comprendidos. Ante esta dificultad, la ciencia demostró que la terapia con animales (específicamente los gatos) los hace sentir más tranquilos a la hora de socializar. Fundamentaron este hecho en el aumento de la producción de oxitocina, una hormona que se genera al acariciar a los gatos e incrementa sentimientos tales como la confianza y el amor. Sienten un vínculo mucho más fuerte que el resto de las personas, por esta misma razón ayuda a todo ser humano a eliminar la soledad, la tristeza, la depresión etc.

Un estudio publicado por el Journal of the American Geriatric Society señaló que las personas de entre 70 y 75 años que tienen un gato como mascota cuentan con un mayor bienestar psicológico y son capaces de llevar a cabo las actividades diarias con mayor predisposición.

Refuerzan el sistema inmunológico de los niños, vivir con gatos desde el primer año reduce las posibilidades de que puedan tener infecciones de oídos y, de adultos, problemas respiratorios.

Así que con todos estos beneficios creo que hay que considerar llevar a vivir con nosotros a un gatito sin olvidar que es un ser vivo y si él nos puede aportar más que amor y compañía de igual manera nosotros debemos aportarle a este animalito un hogar lleno de amor, de cuidados, de seguridad y compromiso.