Estamos viviendo tiempos turbulentos, esta pandemia nos hizo recordar que nuestro ser tiene fecha de caducidad. Las posibilidades de perder a un ser querido o la vida propia son grandes.

Seguramente, has tenido miedo de morir o de perder a algún integrante de tu familia. Este miedo es válido, nadie quiere pasar por un dolor que resulta tan fuerte que hasta el alma duele.

Creo que para combatir este miedo debemos hacer las paces con la muerte. Y te preguntarás, ¿cómo es hacer las paces con la muerte? Yo estoy convencido que aceptando que es parte de nosotros, parte de nuestra realidad.

Hace un tiempo, hablando con el Arcángel Azrael, él me compartió este mensaje: “la muerte es la graduación de tu vida, pero tú decides cómo graduarte, si llegas a ese momento con el cuerpo maltratado o el alma intranquila y la mente con sufrimiento, o en su caso en un completo estado de paz”. Tenemos el gran privilegio de vivir la vida como queramos, pero como dice la tercera ley de Newton, a toda acción le corresponde una reacción. Claramente, si nuestras acciones para con nosotros mismos son sanas y armoniosas, seguramente el momento de la muerte va estar lleno de paz y tranquilidad.

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De esto tengo grandes ejemplos vividos, hace muchos años, 20 para ser exactos. En esa época decidí estudiar una carrera que me enfrentó con la muerte. Desde el primer minuto que decidí ejercer mi profesión me enfrenté a esta experiencia de ver morir a la gente, y desde estas experiencias que viví en los hospitales en los que trabajé, pude comprender que ningún ser humano tiene el poder de evitar la muerte, pero sí tenemos el poder de decidir tener una existencia llena de armonía, paz, alegría y felicidad; para que cuando llegue el momento de nuestra graduación de esta vida sea con honores.

Haz de tu vida una experiencia maravillosa, y si te cuesta hacerlo, pide ayuda a tus Ángeles, seguro ellos te ayudan a lograrlo.

Me despido, no sin antes dejarles un gran abrazo a su alma.

Su amigo, Alberto Ramales.